jueves, 24 de junio de 2010

15 Preguntas: es palabra de Alejandra Laurencich


1. ¿Por qué escribís? ¿Buscás algún fin con la escritura?
No. Necesito escribir, tanto como necesito dormir para sentirme bien. El único fin podría ser calmar esa necesidad. Cuando escribo me siento plena, siento que la categoría de ser humano me corresponde absolutamente.

2. ¿Te acordás de qué fue lo primero que escribiste?
Escribía poemas cuando era muy chica. Muchos, a cada rato. Sobre todo cuando me sentía triste o enfurecida. Más que poemas eran catarsis sentimentales. Lo primero a lo que podría considerar un embrión de literatura fue una especie de poema que hablaba de un hombre adicto al sol, y que por esa razón, era acribillado por la policía cuando salía de una cueva en la que se había escondido por la noche. ¡Super bizarro! Tenía once o doce años cuando escribí eso, y me conformó bastante.

3. ¿Cuándo te diste cuenta de que te ibas a convertir en escritora?
No sé si me di cuenta de algo así, siempre me sentí identificada cuando me ponían ese mote los amigos, los compañeros de escuela. Era algo natural considerarme escritora, aún cuando lo que escribía estaba lejos de llamarse literatura, y yo ni siquiera conocía el oficio. Una vez, a los quince, vi la película Julia, con Jane Fonda como Lillian Hellman, y me dije: quiero trabajar de eso, tomar whisky y fumar mientras escribo novelas. Pero recién a los 24 años empecé a escribir narrativa, y apenas empecé, tuve plena conciencia de que era eso lo que había estado buscando por años, y ya no dejé de escribir.

4. ¿Qué libro te hubiese gustado escribir?
El libro que me hubiera gustado escribir aún no lo escribí. Siempre es el próximo. No creo que uno pueda desear haber escrito el libro de otro autor, porque eso sería como desear ser otra persona, ya que cada autor escribe con todo lo que es, su historia, su identidad, sus valores, su percepción del mundo. Sí puedo admirar hasta el delirio textos de otros.

5- ¿Cuáles son tus miedos como escritora?
Tener poco tiempo para dedicarle a la escritura. Sufro mucho cuando estoy sobrepasada de trabajo (me la paso enseñando a escribir y supervisando textos de otros autores) y no llego a armar una agenda liberada para dedicarme a lo mío. Aunque enseñar me apasiona. Pero lo ideal sería 2 jornadas completas cada día. Una para enseñar, otra para escribir lo propio.

6. En tanto escritora y generadora de una obra, ¿pensaste en cómo querés que se te recuerde el día de mañana?
No. Ojalá se me recuerde por haber aportado algo de valor, pero si no es así, la felicidad que me genera escribir será suficiente para justificar la obra.

7. Si tuvieras que elegir un texto de tu obra ¿cuál sería? ¿por qué ese y no otro?
No podría elegir un texto, o sería más bien una elección basada en cuestiones extraliterarias, como la repercusión que tuvieron algunos cuentos, o ciertos personajes y pasajes de la novela, el impacto en los lectores. Pero esto no estaría ligado a mi elección literaria, sino a las historias que se generaron gracias a ellos. De lo que se ha publicado me gusta todo, si no, no lo daría a publicación. Y de lo que hay inédito siempre me gusta lo último.

8. ¿Qué salvarías de una biblioteca en un incendio?
Cada vez que escucho esa pregunta me veo frente a mi biblioteca, recorriendo histéricamente los estantes con la vista, y la sirena espeluznante de los bomberos acercándose. Creo que mi elección sería llevarme los escritos de mis hijos, sus cartas para los días de la madre, o cosas así, mis diarios, algunos libros dedicados por autores que admiro y que ya no están, porque sería como salvar algo irrecuperable. Todo lo demás, se vuelve a conseguir. Pero claro, si hablamos de una biblioteca donde haya por ejemplo, códices iluminados, la cosa cambia.

9. ¿Tenés algún rito o costumbre que respetás antes de sentarte a escribir?
Llevarme los cigarrillos al escritorio.

10. ¿Creés en la inspiración?
No, creo en los largos tiempos de escritura: es ahí, después de tres, cuatro, cinco horas de estar tecleando, sin levantarme de la silla, cuando aparece algo similar a una corriente de creatividad y lucidez. También creo que a veces, si uno tiene la idea aproximada de lo que quiere escribir, una buena siesta ayuda a definir inicios, tonos, o estructuras.

11. Si tuvieras que hablar de tu literatura en pocas palabras ¿cómo la definirías?
Prefiero que la definan otros, si es que hay necesidad. Hacerlo me llevaría mucho tiempo, y estaría inventando gran parte de lo dicho, sin demasiado fundamento.

12. ¿Qué estás leyendo en este momento?
El corazón es un cazador solitario, una novela de Carson McCullers.

13. ¿Qué estás escribiendo en este momento?
Estoy en una pausa, porque me acabo de mudar: dejé una novela sin terminar y empecé a pensar en cuentos. No veo la hora de arrancar.

14. ¿Qué es lo que más te cuesta de la escritura?
Darme cuenta de dónde me fui al demonio.

15. ¿Qué sentís que ganaste y perdiste por la escritura?
Perder, creo que sólo la amistad de personas que tienen inclinación a la envidia. Todo lo demás fue ganancia.


Alejandra Laurencich nació en 1963 en Buenos Aires. Es narradora y guionista. Autora de los libros Coronadas de Gloria (2002, recién re-editado por Norma) Historias de mujeres oscuras (Norma, 2007) y de la novela Vete de mí (Norma, 2009). Ha recibido numerosas distinciones y premios. Sus relatos integran varias antologías, entre ellas: Una terraza propia, nuevas narradoras argentinas (Norma, 2007), Vilenica 24 (Drustvo slovenskih pisateljev, 2009), Die Nacht des Kometen (Edition 8, 2010), Stimmen. Erzählungen aus Argentinien (Düsseldorf University Press, 2010) y Puntos de fuga (Ciudad Nueva, 2010). Sus textos han sido traducidos al alemán, al esloveno, y al inglés, y elegidos como material de estudio en universidades y colegios del país y del extranjero. Coordina talleres literarios en los que se forman nuevos autores, y dicta la cátedra de narrativa en Casa de letras.

1 comentario:

  1. Me encantaron las quince preguntas con sus respectivas respuestas, gracias por compartir los conocimientos de Aejandra en este espacio.

    Saludos!

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